Pues fuimos a recoger los instrumentos de una campaña sísmica, y fuimos a Makó, donde hay un pozo de extracción de gas natural. El caso es que es especial porque el gas es muy difícil de sacar. Tienen que meterle explosivos para que se creen fisuras y por ahí salga el gas, pero las fisuras se cierran en seguida. El caso es que hicieron una campaña sísmica para estudiar la naturaleza de las fisuras.
Aquí, una granja normal de Makó. Por cierto, la ciudad es famosa por sus cebollas.
Aquí, una granja normal de Makó. Por cierto, la ciudad es famosa por sus cebollas.
Ésta soy yo con los instrumentos recién sacados y puestos en la furgoneta.
Excavando para encontrar los sismómetros.
La furgoneta en la que íbamos, de la época rusa.
El pozo de extracción propiamente dicho.
E-e-e, eso es todo, amigos!
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