Sobre el terremoto de L’Aquila

miércoles, 24 de octubre de 2012
Aquí la noticia salida en El País sobre la condena de 7 personas por considerarlos responsables de las muertes de 309 personas y de los 1500 heridos en el terremoto del 6 de abril de 2009 en L’Aquila.

Según mi humilde opinión, este caso nos muestra la gran incomprensión que hay por parte de las autoridades y por parte de la población sobre el trabajo científico. Al parecer, la condena se basa en las declaraciones de Bernardo De Bernardinis, imputado y entonces subdirector del sector técnico de Protección Civil (funcionario y no científico), quien subrayó en varias ocasiones: "En esta zona la oleada de sacudidas es algo que no alarma. Al revés, los técnicos piensan que es una situación favorable si la tierra descarga la energía, así el terremoto va perdiendo fuerza". (Cita aquí).

He resaltado las palabras "no científico" porque ningún científico que se dedique a la Sismología diría tal cosa. Es un pensamiento erróneo y muy difundido entre la población, que no tiene ninguna base científica. Sin haber hablado con los responsables científicos, lo que yo creo que podrían haber dicho es una de estas dos afirmaciones: "la probabilidad es baja" o "no podemos predecirlo" (en el sentido de dar una fecha, lugar y magnitud concretos). En cualquiera de los dos casos, el comité optó por no alarmar a la población.

Este caso nos enseña que hay que proporcionar a la población toda la información posible, es decir, comunicarles que o bien la probabilidad es baja (pero que eso no quiere decir que sea imposible) o bien que no se puede predecir. Si se hubiera hecho un comunicado en ese sentido, las personas que dicen no haber salido de sus casas a pesar de sentir las sacudidas previas, a lo mejor hubieran salido, como medida de precaución.

Por otro lado, la comparación que se hace con un médico, es una falacia. Si alguien va al médico y este le dice que no se preocupe, y luego el paciente tiene lesiones graves, la acusación por negligencia pasaría por un filtro en el que primero se evaluaría si ese médico podía o no saber las consecuencias de su diagnóstico antes de las lesiones graves. Si el médico no hizo todo lo posible por llegar hasta el fondo del problema antes de que ocurriera, sí habría negligencia. Si, por el contrario, no era previsible, no creo que fuese condenado, tal y como estas personas lo han sido.

Otro hecho importante desde mi punto de vista es la responsabilidad de la administración y los dueños de mantener los edificios en buen estado. El terremoto en sí no mató a nadie, sino los edificios que se derrumbaron. El mal estado de los mismos hizo que muriera toda esa gente. Y aquí sí que es donde yo pediría responsabilidades. Terremotos puede haber en todas partes (en principio), con mayor o menor probabilidad, pero en todas partes se han de respetar las normas de edificación teniendo en cuenta la norma sismorresistente. No se deberían utilizar los edificios que no la cumplen. Y eso sí es responsabilidad de la administración.

La conclusión más importante, según mi opinión, es que, por una parte, los científicos han de comunicar de forma clara sus conclusiones y, por otro lado, debería haber una mayor cultura científica por parte de la población. Condenar a alguien por no predecir un terremoto me parece una aberración, y que lleva a los científicos a aislarse más y a no interactuar con el Estado para, en la medida de lo posible, proteger a los ciudadanos.

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